17 de diciembre de 2017

¿De qué color es el cielo?

Me siento raro, todo a mí alrededor se siente diferente el día de hoy. Estoy solo, en medio de la carretera y por ningún lado encuentro mi auto, aquel Chevrolet Cavalier modelo 1988 que mi padre me regaló el día que me incorporé de la Escuela de Ingeniería. No recuerdo cómo llegué hasta aquí, pero por ahora no me queda otra opción más que caminar hasta encontrar ayuda...

Todo es extraño. A pesar de haber lluvia no estoy mojado; intento correr, pero no puedo pese al esfuerzo que hago; veo a los pájaros flotar inmóviles en el cielo y, hablando de cielo, este es de color púrpura.

Tras caminar pocos minutos, lo que es raro porque la carretera se extendía hasta donde alcanzaba la vista, me encuentro en el interior de un pueblo bastante sobrio en donde todas sus habitantes, por alguna razón, usan grandes abrigos blancos. Pido ayuda a cada persona que encuentro en la calle, pero nadie parece escucharme, ni siquiera voltean a verme. Todos continúan con sus actividades como si yo no estuviese junto a ellos.

13 de diciembre de 2017

El otro día me echaron un maleficio

Una de las cosas que más me gusta hacer en mis ratos libres es caminar, así de simple, caminar. Es un buen ejercicio y sale barato, la combinación perfecta.

Hace un par de semanas di un merecido paseo por uno de los bulevares más grandes de la ciudad, era alrededor de las 6:30 pm y, por fin, el sol se ocultaba dando paso a toda la psicosis que trae la noche. Andaba a paso constante, ni lento ni rápido, y dirigía la mirada en distintas direcciones apreciando a todos los artistas callejeros que con su música, sus bailes y sus maromas atraen a la gente que transita por la avenida.

De entre la multitud salió una mujer hacia mi dirección. Ella era blanca, como de unos 50 años, llevaba un largo vestido de colores y tenía su cabeza cubierta con un pañuelo del que colgaban monedas.